- Si en Occidente hemos llegado al punto en que estamos, social y económicamente hablando, como consecuencia de haber aplicado unos parámetros económicos diseñados y dictados por los mismos economistas y políticos que ahora nos dan consejos para salir de la crisis, ¿por qué tenemos que hacerles caso?
- Si la democracia consiste en el poder que la soberanía popular otorga a sus representantes, legítimamente elegidos a través de las urnas, para llevar a cabo sus programas electorales, ¿cómo calificar lo que ha sucedido en Grecia e Italia?
- Si han desaparecido el empleo y el dinero que lo crea, ¿por qué hay empresas con balances millonarios?
- Si cada partido político dice ser diferente a su contrario, ¿por qué no apreciamos las diferencias?
- Si las hipotecas son garantías reales y nacieron para asegurar la devolución de un préstamo con el inmueble gravado, ¿a qué demonio del averno se le ocurrió convertir a las personas en zombis desahuciados y eternamente endeudados?
- Si detrás del euro no hay más que caos, ¿cómo puede ser que sigan vivos en Dinamarca, Gran Bretaña, Suecia o Polonia?
- Si los jefes de Estado y mandatarios son tan patriotas, por qué invierten sus ganancias en lugares tan extraños como las Caimán, Belize, Naurú, Montserrat o Niué?
- Si son los ciudadanos de a pie los más perjudicados por la crisis, ¿por qué se les castiga con reducción de salario, congelación de pensiones y recortes de ayudas?
- Si los bancos han abocado a la miseria a millares de personas, ¿cuál es la razón de que se les premie con incentivos y ayudas?
Mañana domingo es día de elecciones generales en España y yo, siguiendo lo que marca la ley, este sábado me lo he tomado como jornada de reflexión.