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29 de marzo de 2011

Cuadernos


Me apuntalaré al espacio / 
que recortan tus cuadernos, / 
te cubriré de espuma perfumada, / 
tañiré los laúdes de la sonrisa, / 
crecerá mi sombra / 
por entre tus cabellos ... / 
y serás como mis ojos, / 
similar a mis venas, / 
carcajada de agua / 
en mi garganta, / 
espasmo jubiloso /  
sobre mi piel.
(A.Q. 1984)

Grullas zen


Hace un año que comencé a escribir estas entradas. Desde entonces han pasado muchas cosas, pero siento como si la tierra hubiese estado quieta, sin tan siquiera girar sobre sí misma. Al fin y al cabo, me azuzan hoy los mismos anhelos que hace doce meses. Será que a partir de cierta edad los cambios resultan imperceptibles.... epur si muove, que dijo Galileo.
Tras la desgracia que se cierne sobre Japón, se ha abierto una ventana de esperanza a través de la iniciativa de las mil grullas. Para quienes aún no sepan de qué se trata, les dejo este enlace donde informarse: http://las1000grullas.wordpress.com/. En el fondo, se trata de un ejercicio de paciencia, un mantra papirofléxico de buenos augurios, un acto de desapego. Cada vez que alguien pliega el papel hasta darle la forma requerida, eleva su voz en silencio, pidiendo clemencia a los dioses con un pueblo nipón tanta veces castigado. 

NOTA: Hoy también mando una grulla a Guerrero Zen del Té Rojo. Espero que se recupere pronto de una delicada operación a la que se sometió ayer.

18 de marzo de 2011

Silicon shield


Hasta ahora sabía que la utilización de prótesis mamarias suele obedecer a fines estéticos, reparadores o de reasignación de género. Es decir, lo he venido ligando al deseo de aumentar o levantar lo que se tiene, reconstruir lo que una enfermedad o accidente se ha llevado, o revelar la verdadera condición sexual. Sin embargo, entre las utilidades de portar grupúsculos de silicona, reconoceré a partir de ahora la de defensa o salvavidas.
Hace unos días escuché que una serpiente venenosa murió tras morder en un pecho a una actriz que jugueteaba con ella e intentaba darle un beso (yo no soy capaz de hacer esto ni por todo el oro del mundo). Las malas lenguas dicen que el animal falleció intoxicado por la silicona; otras lenguas avisan de que el óbito se debió seguramente a la asfixia, al obstruir algún trocito de silicona ciertos conductos del reptil.
Por si esto fuera poco, la empleada de una consulta odontológica de Berbely Hills vio peligrar su existencia cuando el marido de una compañera, a la que ella sustituía en ese momento, irrumpió en la clínica tan cegado por la ira, los celos o la rabia, que apretó el gatillo del rifle que esgrimía antes de percatarse de que aquella señora no era “la suya”. Menos mal que el proyectil quedó alojado en el pegajoso relleno de sus senos artificiales.
Tiempo atrás, los niños de este país se entretenían con unos dibujos animados donde uno de los personajes expulsaba misiles de sus pechos. Como nunca me congracié con la “habilidad” de esa heroína mecánica y me pareció un recurso pobre, chusco y hasta ordinario, opto por quedarme con la función protectora que puede tener un busto, en un momento dado.

17 de marzo de 2011

Aldecoa, Josefina


Adoptó el apellido de su marido y no lo empañó ni comerció con él. Al contrario, lo dotó de luz y cualidades propias, impregnándolo de la naturalidad con la que hablaba de su profesión-pasión: la enseñanza. De esta faceta yo resaltaría lo que la oí decir una vez:  "no queremos (en el colegio que dirigía) que los niños sean los mejores, sino poder sacar lo mejor de cada niño".
¡Cuántos problemas nos evitaríamos si hubiera mucha gente que pensara así!


11 de marzo de 2011

4 de marzo de 2011

A media luz


Quienes hayan brujuleado alguna vez por mi perfil en la red habrán visto que, entre mis preferencias librescas, enumero en primer lugar “El elogio de la Sombra”, de Junichiro Tanizaki. Nos cuenta este autor que, para el gusto estético japonés más ancestral o tradicional, las sombras son lo importante. Captar su misterio y desentrañar sus entresijos forman parte del ideal de belleza en sentido amplio, es decir, el que abarca a seres, lugares, objetos y conceptos.
Para que pueda surgir esa sombra, debemos estar en penumbra, es decir, asentados en esa tenue línea suspendida entre la luz y la oscuridad. Todo un ejercicio de equilibrio, si bien se mira.
No basta lo que vemos, sino lo que entrevemos, sospechamos o imaginamos. Así, envuelta en penumbras, una moneda que se desliza puede volverse un ratón huidizo e incluso podremos confundir el sonido del frigorífico con alguien que hurga en la puerta, en nuestra puerta. Supongo que percibir unas cosas u otras dependerá mucho de nuestros anhelos, emociones o sentimientos más íntimos, así como de la experiencia, pues a mí me resultaría muy difícil proyectar en las sombras todo aquello que desconozco.
Lo que me atrae de todo esto es que cualquier crepúsculo puede convertir la realidad en algo onírico y, por ende, sacar a flote un mundo donde las cosas sucedan porque sí, sin necesidad de buscar razones.
El pasado domingo asistí a la representación de “Penumbra”, de la compañía teatral Animalario. Miré y observé casi sin pestañear, analicé cada palabra de los diálogos, al final aplaudí y más tarde reflexioné, desmenucé y volví a reflexionar... casi igual a como me ocurre cuando despierto de un sueño.

25 de febrero de 2011

Mensajes cifrados



No es necesario pronunciar palabra para decir muchas cosas. Hay personas que van levantando muros con su postura o su actitud. Cerrar la puerta que siempre permaneció entornada, declinar invitaciones, hablar con hueca sonrisa... En definitiva, van retirando la mano que un día tendieron y quizá también, sin pretenderlo, se van quitando la máscara.
Mi principal problema es que, a veces, no termino de enterarme bien de qué narices pasa y, desde mi desinformación, provoco sin querer más y más testimonios mudos de diques distanciadores. El resultado suele ser que, cuando me caigo del guindo, me siento ridícula y tonta, muy tonta.
Por eso pido que, por favor, conmigo utilicen las palabras. Muchas gracias.

23 de febrero de 2011

Flor de pasión


Si pudiera llevarme a una isla desierta  un programa de radio, ese podría ser “Flor de pasión”,  de Juan de Pablos.  Hace tiempo que no lo sintonizo, pues en los últimos cuatro años mis horarios coinciden poco con mis deseos.  A falta de su compañía, me conformo fotografiando flores de la pasión…. Pero no es lo mismo.

Cuestión de elegir


Me pregunto dónde beberán estas plantas cuando tengan sed: ¿en el lavabo o en el bidé? Vaso ya les han puesto...

23-F



Durante la Edad Media, Guillermo de Ockham sentó el principio según el cual, si coexisten varias teorías para explicar lo mismo, debemos decantarnos por la tesis más simple. Sin embargo, que levante la mano quien no ha optado alguna vez por mirar el mundo a través del catalejo de lo complicado. Quienes ven a Elvis por ahí, o están seguros de que Walt Disney se encuentra hibernando pacíficamente a la espera de que la ciencia lo devuelva al mundo mortal, se apartan por propia voluntad del principio de economía al que me refería al comienzo de este post. Y es que una novela de misterio da más juego que la evidencia. 
Supongo que en estas cosas pesan mucho los intereses de cada cual, sus aficiones, sus mitos y hasta sus miedos. Por eso, somos capaces de alistarnos a una de esas suposiciones extraviadas, pero desechar otras que resultan igual de sinuosas, cuando no absurdas. Suele llamarse a todo eso teoría de la conspiración, frase ambivalente que sirve lo mismo para ver la larga mano de los servicios secretos en la muerte de Marilyn, que para intentar ahora convencernos de que el fallido golpe de Estado del 23-F era en realidad una maniobra democrática. 
A mí también me cuesta creer siempre en las versiones oficiales, de hecho me encanta lo oficioso. Pero cuando escuché por la radio, en directo, aquello de “quieto todo el mundo”, los disparos y lo que vino después, pensé en una maniobra involucionista. Aún hoy, a treinta años vista y en mi cortedad de miras, no asocio los tanques por Valencia con un acto libertario. Ni tan siquiera liberal.