Desde que abandoné la infancia, el verano me sorprende cuando se
encuentra bastante avanzado y los días empiezan a mermar. No me refiero a la
estación, sino a la actitud y manera de estar, pues para mí “verano” es una
condición, un estilo, casi un carácter.
Percatarme de que estoy en verano me lleva a tomar la decisión de
salir de mí y beberme todos los amaneceres, aprovechando la luz que me permite
ver el alma de las cosas. Es urgente, porque septiembre está a la vuelta de la
esquina.
NOTA sobre la fotografía: AVE Madrid-Barcelona, 2014
NOTA sobre la fotografía: AVE Madrid-Barcelona, 2014