Hoy, doce de julio, hace años que mi abuelo paterno cerró sus ojos. Quienes me conocen saben de sobra lo que sentía por él y el montón de cosas que aprendí a su lado. Para quienes no me conozcan, este minúsculo poema que le escribí en 1985:
Me asomo al mar por tus ojos
y a los huesos del saurio. Leyenda.
Cabalgata de amatistas